La Tradición campesina de ají y su ahumado en zarandas en Palmilla es una manifestación cultural desarrollada por la comunidad palmillana, que se caracteriza por ser una técnica artesanal tradicional de procesamiento del ají, entre las cuales la de mayor significación para la comunidad es el ahumado en zarandas.A ésta se suma la elaboración de pastas y condimentos por parte de mujeres palmillanas. Por otro lado, portan una trama conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo asociadas al cultivo del ají (manejo del suelo, agua de riego, obtención de semillas, almácigos, trasplante, cosecha, venta en canales de larga data) y consumo.El ciclo comienza a fines de verano con la obtención de semillas, que cada familia realiza colectando frutos en sus campos, intercambiando con otras,o comprando. En invierno, se siembra el almácigo, en primavera, se hacen los camellones donde se trasplanta el ají. El trabajo es mayoritariamente familiar, pero se mantienen prácticas de ayuda mutua comunitaria. Desde inicios de otoño los frutos cosechados se ahúman en la zaranda. Ésta es una construcción de adobe o ladrillo con techo de teja y/o zinc, que tiene adosadas a las paredes marcos sobre los cuales hay rejillas de madera. En el centro hay una “tronera” donde se hace fuego con leña de aromo o eucalipto. Los frutos son esparcidos sobre las rejillas. Durante el ahumado, los cultores aplican sus saberes para lograr las cualidades deseadas en los frutos, tales como color, aroma, sabor, textura, incluso un sonido peculiar al agitarlo. El ahumado se realiza en otoño, y los otros procesos todo el año, pues usan ají ahumado almacenado.
La idea de secar con humo surgió de las cocinas antiguas, donde solían colgar ristras de ají. La llamaron "zaranda" porque utilizaban los coligues usados para zarandear el vino, que eran una parrilla donde apretaban las uvas. El sabor es característico al humo de las cocinas, y algunas personas lo asocian con recuerdos de cocinas antiguas, lo comparan con los sabores y olores de antes (Elda Lobos, palmillana).
Laproducción, ahumado en zarandas, procesamiento, ventas y consumo del ají, ha sido y es desarrollado familiarmente. La transmisión de conocimientos, saberes y formas de hacer transita intergeneracionalmente en los ámbitos doméstico y productivo. Dichos saberes rebasan los espacios familiares, para conformar una trama comunitaria de colaboración, ayuda mutua, intercambio de experiencias e innovaciones, social y culturalmente significativas para cultoras y cultores, constituyendo una expresión representativa, viva, e identitaria de la comunidad, ampliamente valorada por quienes la conforman, y que les permite auto reconocerse colectivamente. Actualmente hay cerca de 48 cultores y sus familias quienes mantienen viva la tradición.
Palmilla siempre ha estado de la mano con el ají, alguien inventó el ají ahumado, que fueron los abuelos de mis abuelitos. Esto viene de más de 100 años, yo recuerdo de mis abuelos trabajaron en el ají. Yo creo que nosotros, los palmillanos estamos encariñados, nos identificamos, si alguien nos pudiera probar todos los palmillanos estamos picados, todos tenemos sabor a ají, porque se nos impregnó en el cuerpo, en el alma, como que esto me emociona (Pedro Vergara, palmillano)