El canto lo aprendí de mi padre, Aldo Gálvez, quien en las quintas de San Roque y en casa cantaba tangos y boleros, desde que tengo memoria. De forma autodidacta seguí perfeccionándome, en el camino me topé con grandes cantores de quienes aprendí mucho, como, por ejemplo, Jorge Montiel. A mis hijos le he trasmitido el amor por el arte y la música, siendo mi hijo Dionisio hoy en día, un gran músico. La música y en especial el canto para mí, es el complemento infaltable para todo lo que realizo en mi vida. La música y el cantar, soy yo.