Belarmino Mayorga Pérez
Aisén, Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo

Don Belarmino, aprendió el oficio de carpintero de ribera hace 20 años, cuando empezó a ayudar haciendo mantenciones a las embarcaciones, pintando, estopando (sellando las uniones de las tablas) e instalando madera. Se desempeña en el oficio  desde que se formó el Sindicato de Trabajadores Independientes Carpinteros de Ribera de Puerto Aysén. Alterna su labor con trabajos de temporada como tripulante, participando en turnos de embarque de 20 días. Además, cuando se presentan encargos de carpintería a través del Sindicato, se suma a las faenas en el varadero de la zona. 

Aprendió el oficio de la mano de muchas personas en Puerto Aguirre y en Caleta Andrade, según relata “ahí había carpinteros y hacían embarcaciones”. Desde los 15 años, comenta,  “ya estaba metido donde hacían chalupas, chalupas de dos proas, botes, y lanchas que tienen espejo atrás”. Cuenta que su papá, que ahora está en Puerto Natales, también era carpintero de ribera y además trabajaba con pieles y al igual que muchas personas de la época “se hizo su propia chalupa para irse de viaje”. 

Siguiendo esa tradición, siendo ayudante de carpintero de ribera, don Belarmino también construyó su propia chalupa, de 8 metros de largo. Sus padres eran originarios de Chiloé y se establecieron en Caleta Andrade. Más tarde, cuando su padre partió a Puerto Natales, él permaneció en el lugar junto a su madre. Posteriormente tras cumplir con el servicio militar, dejó la casa materna y en 1983 contrajo matrimonio con doña Estela Guaquel Mariman, lawentuchefe (Conocedora de hierbas medicinales), con quien ha formado una familia compuesta actualmente por cuatro hijos, cuatro nietos y un bisnieto. 

Además de la carpintería, ha trabajado en las industrias salmoneras y como tripulante, prestando servicios de transporte de estructuras como los pretechos de las salmoneras. Sin embargo, es crítico con el impacto ambiental de esta industria, señalando que “están matando la mar”, ya que el alimento que cae al fondo contamina el ecosistema marino. Afirma que antes se podía consumir mariscos de buena calidad, mientras que hoy muchos están contaminados. También fue pescador artesanal, pero dejó de ejercer este oficio, tras perder la documentación que acreditaba su derecho a cuota de merluza, la cual se quemó en un incendio que afectó su vivienda. 

Posee conocimientos para construir una embarcación en su totalidad sabe hacer la roda, la quilla, el codaste, y todas las partes necesarias. Sabe entablar una embarcación, lo cual comenta que le gusta que quede bien cepillada, ya que después: “se hace el tale, se pule y se pinta”. Domina el uso de herramientas manuales y eléctricas para cepillar las tablas, y conoce la técnica tradicional de cocción de la madera en un tubo, “tal cual lo hacían y hacen los maestros, pues si no se cuece la madera no se pueden hacer embarcaciones”, señala. 

Don Belarmino observa con preocupación cómo el oficio tradicional se encuentra en declive, pues cada vez es menos común construir en madera, ya que ha sido reemplazada por materiales como la fibra y el plástico. Advierte que hoy no conviene forrar embarcaciones con madera, dado que la única especie disponible en la zona es el pino oregón, cuya durabilidad es limitada: “sólo alrededor de un año. Aunque el Sindicato continúa difundiendo su trabajo y ocasionalmente reciben encargos, actualmente no existe ninguna empresa que contrate de forma permanente a los carpinteros de ribera de Puerto Aysén. 

Aunque no ha liderado la construcción de embarcaciones de gran tamaño, ha participado activamente en tareas clave como el estopado, la pintura y la instalación de quillas. Comenta que podría construir un bote por sí solo, pero que para embarcaciones mayores se requiere un equipo de al menos cuatro o cinco personas. Prefiere trabajar solo en el oficio, por eso nunca trabajó con su padre. 

Destaca que la Carpintería de Ribera le permite trabajar, pero que en la actualidad le tienen que salir proyectos para que trabajen como Sindicato, ya que si el trabajo es poco, comenta que “es mejor arreglarlo solo, porque no alcanza para pagarle a otra persona”. Explica que la situación de Puerto Aysén es distinta a lo que pasa en Quellón, Chonchi o Melinka, pues ahí aún existen grandes carpinterías activas y una tradición viva que permite la construcción de embarcaciones de alta calidad. Cuando visita estos lugares y se detiene en los muelles, reconoce con admiración el nivel de maestría de los carpinteros de esas zonas. 

Finalmente, afirma con convicción que trabajar en el mar “hace bien”, reafirmando su vínculo profundo con el entorno marítimo y el valor cultural de su oficio. 

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  • Identificador SIGPA: CI3804
  • Fecha de registro: 23-07-2021
  • Tipo: Cultor individual
  • Género: Masculino
  • Comuna: Aisén
  • Region: Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo
Ubicacion
Fotografías