Es una práctica donde se arma una figura o “ideograma” entrelazando los hilos entre los dedos de las manos, ayudándose de la boca o pies. Se asocia a un relato recitado llamado pata’u ta’u. A través de esta tradición se traspasan los conocimientos sobre diversas áreas de la vida como las artes, la agricultura o la pesca, entre otros.
Es una forma de expresión tradicional de Rapa Nui, por medio de la cual se ha perpetuado la historia y tradición oral de la isla. Consiste básicamente un juego de hilos realizado por medio de las manos, donde el/la ejecutor/a arma una figura o ideograma, entrelazando los hilos entre los dedos de ambas manos, y a las cuales siempre se asocia un verso recitado llamado pata’u ta’u. Cada una de estas representaciones está dotada de un carácter mágico y fuerte significado ritual y social. Por medio de ellos se recreaban antiguos cuentos y leyendas o personajes míticos; se traspasaban los conocimientos de ceremonias y ritos vinculados a la arquitectura y tallado monumental, a la agricultura y pesca. Igualmente, sirvieron como instrumentos de control o sanción social, e incluso en algunas ocasiones, se ejecutaban con un claro propósito erótico.La forma de inicio y armado de las figuras de hilo, se inicia con una posición de partida, conformada por el paso del hilo o cuerda por el dedo pulgar y meñique de ambas manos. Sucesivos movimientos de dedos, a veces auxiliados por los labios, estructuran una figura central, conformada por dos hilos principales: uno superior y otro inferior. El primero, sostenido por el dedo índice o medio y el segundo por el dedo pulgar. La figura final lograda, adquiere una disposición espacial plana o bidimensional, generalmente de forma rectangular, y en algunos casos, es tridimensional en aquellos Kai Kai más complejos como el denominado Ka Tere te Vaka. Esta figura central, evoca un pasaje o situación representativa de los versos recitados, como por ejemplo, un arcoíris o ave marina como es en el caso de la figuras de los Kai Kai Hanuanua Mea y Kia Kia, respectivamente. La ejecución final conlleva un movimiento acompasado entre la recitación junto a la figura, brazos y cuerpo.Los hilos o cuerdas para armar las figuras, eran de tres clases: los más comunes, confeccionados a partir de fibras vegetales especiales obtenidas de los arboles llamados hau hau (Triumfetta semitriloba) y mahute (Broussonetia papyrifera); otros se elaboraron a partir de las hojas de plátano (Hau kakaka); y a veces se usaron los finos hilos de cabellos humanos denominados hiro.Su aprendizaje y transmisión a través del tiempo, al igual que en el resto de Polinesia, se efectuaba en el seno familiar, eligiéndose a niños o niñas, que presentaban mejores actitudes para el aprendizaje. La enseñanza comenzaba a temprana edad, y los niños y niñas seleccionados, eran rigurosamente entrenados y guiados por los maestros de este arte, antes que fueran instruidos en la sabiduría o conocimientos mayores de la sociedad.Su práctica se pierde durante la segunda mitad del siglo XIX, probablemente hacia la época de llegada de los barcos esclavistas (1862-63) y primeros misioneros (1864). Sin embargo, la tradición logró sobrevivir a estos acontecimientos, manteniéndose en forma oculta en algunas familias isleñas que lograron traspasar este arte hasta la actualidad.