Don Segundo Alvarado lleva más de treinta años como fiscal de la iglesia de Puchilco. Aprendió a rezar el rosario y otras oraciones de las devociones chilotas desde niño. A los die años ya podía participar de los rezos de su comunidad en Aldachildo, Lemuy. Del antiguo fiscal de Puchilco aprendió a responder rezos y participar de los misas en latín. Ya de adulto se trasladó a la localidad de Puchilco donde recibió la formación del fiscal José Naudo, quién lo preparó para que ocupara su lugar.

Don Segundo Alvarado sigue cumpliendo de fiscal de Puchilco, es respetado y seguido por su comunidad. El mismo dice que "el fiscal para ser respetado, debe ser muy comprometido, que sea apetecido por la comunidad, respetar a la gente y saberla llevar. A mí me han sabido apreciar". Él lleva ya un tiempo preparando al futuro fiscal que lo va a reemplazar. Le ha enseñado los valores de la investidura, las oraciones en latín "aunque no se usen hoy día". En la fe de los chilotes el latín le da más fuerza a los rezos. El fiscal dirige el rosario que siempre se reza en comunidad, en la iglesia, en los velorios y las novenas. Además tienen el deber de asistir a los moribundos con oraciones y ritos especiales para ellos.