Los componedores de huesos o hueseros, son personas portadoras de una tradición ancestral de poner tendones, vertebras y brazos quebrados en su lugar. Sus manos son capaces de tomar piernas y brazos quebrados, con esguinces o con aberturas de carne y volver a ponerlos en su lugar. Sus dedos reconocen el orden de los tendones, huesos y músculos. Saben cómo moverlos y sacarle el dolor a quienes llegan de todas partes en busca de alivio.
Este oficio tradicional está muy arraigado en nuestra cultura campesina chilena, como especialistas en la sanación de trastornos del sistema muscular-esquelético, son capaces de curar fracturas, zafaduras, torceduras, dolores musculares, hinchazones, tendones escogidos, golpes, etc. Las técnicas aplicadas son la sobada, el masaje, la friega y las manipulaciones que buscan emparejar o acomodar huesos. Para inmovilizar la parte afectada recurren a vendas, entablillado, cataplasmas y compresas.