Orlando René Muñoz Catalán
Cochrane, Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo

Don René Muñoz Catalán, nació el 8 de mayo de 1967 en el río Ventisquero, sector los Ñadis.Su abuelo proveniente de Osorno, al llegar a la región de Aysén se asentó en Valle Simpson, uno de los poblados más antiguos de la región. Luego de esto se dirigió al sector del río Ventisquero junto a sus hijos, entre ellos el padre de don René, quien fue pionero del sector. Don René junto a sus cinco hermanos nacieron y se criaron en el lugar.En la actualidad sigue viviendo en el lugar donde se crio, su campo está ubicado en el sector de Los Ñadis cruzando el río Baker, aquí junto a su esposa, dos hijas y su nieta, trabajan en turismo desde hace ya tres años.Después de varias horas de cabalgata don René espera a los turistas para llevarlos a su casa, cruzando el Baker con un bote a remo, cuenta que la gente que visita este lugar, es sobre todo gente que quiere alejarse de la cuidad y escuchar sólo el sonido de las aves.

Don René Muñoz, tiene un origen común a otros cultores respecto de su acercamiento al trabajo en soga. Primeramente, se comenzó a interesar por necesidad, ya que desde los 10 u 11 años debió confeccionar su primer bozal.

Al igual que muchos niños en la patagonia de Aysén, quienes apoyan a sus familiares en las labores de la economía doméstica del mundo rural, establecen una cercanía con el trabajo con animales, comprendiendo la mecánica y funcionalidad de las distintas herramientas y utensilios, entre ellos los aperos que se usan para el trabajo con ganado. Desde niño vio cómo su padre utilizaba los distintos cueros como materia prima principal para la elaboración de sogas y demás piezas que forman parte de los aperos. Este trabajo manual, estuvo siempre presente en su vida y no estaba relacionado con el ámbito comercial, sino que sólo se trabajaba en soga en respuesta a las necesidades propias, sobre todo relacionadas con la elaboración y reparación de sogas, principalmente para caballos. Este conocimiento era fundamental e impliacaba autonomía ya que de esta manera, no se dependía de terceras personas para la reparación o adquisición de sogas. Su aprendizaje lo adquirió de su padre en las primeras etapas, y de las diversas personas con las que ha ido interactuando durante la vida en el mundo rural; pero de quien logró aprender con mayor destreza y técnica fue de su padrino, conociendo y aprendiendo el proceso completo, desde longear el cuero, hasta las terminaciones costuradas de los diversos aperos. En relación con el traspaso del conocimiento del trabajo en soga, don Orlando es crítico y ve con preocupación el futuro del oficio, ya que el trabajo en soga requiere de mucho proceso y no ve en las nuevas generaciones mucha disposición para trabajar bajo este modelo tradicional. Así mismo, don Orlando expone su preocupación, que a la vez lo expresa como una ventaja, ya que el trabajo en soga va de la mano con la historia regional y local de la pampa de Aysén; por lo tanto, cualquier programa de patrimonio o identidad local, debe considerar sus oficios, siendo el trabajo en soga es uno de los más representativos y aún vigentes en la región.

Una de las prácticas que desarrolla don René Muñoz en sus trabajos del campo, es la “soguería”, es decir, la confección de sogas con cuero de animal.El proceso para hacer una soga comienza cuando carnea (sacrificar) un animal, el cuero lo estira, lo deja orear y de ahí saca por lo menos 3 tientos (hebras) o también puede sacar 1 tiento de unos 5 cm. Para lo cual es necesario ir cortando el cuero en círculo.Don René consigue generalmente el cuero para las sogas, de los animales que tiene en su campo, ya que anualmente carnea una vaquilla para el consumo familiar, además recibe cueros de pobladores de otros campos, que no practican el trabajo en cuero. Antiguamente conseguía los cueros en el matadero, pero ya no lo extraen de la misma manera, quedando marcas del cuchillo en el cuero y viéndose obligado a cortar esos trozos, por lo que queda inutilizado para el trabajo en soga.Después de tener el cuero, éste lo deja orear, lo estira muy bien, apoyándose en estacas y luego lo corta por la orilla y le saca el pelo, también existe la posibilidad de primero cortar la soga para luego sacarle el pelo. De este cuero ya estirado y sin pelo saca los tientos (hebras de cuero) y procede a sobarlo (manejarlo y oprimirlo para que se ablande) un poco, porque si no éste es muy duro para trabajar, corre el riesgo de que se pueda quebrar.Don René, nos indica que para hacer soga, tiene que ser cuero de vacuno, no curtido (sin ocupar agentes externos), ya que este no sirve para los trabajos que se llevan a cabo en el campo, por el hecho de que la curtiembre debilita la fuerza del cuero. “Porque ese cuero se corta muy rápido, entonces tiene que ser para una soga, tiene que ser sobada a mano, que sea no quiere decir que sea a mano, pero que no sea curtida, se soba a mano o...como quieras a maroma, garrotazo, porque la soga curtida o más bien en el proceso del curtido se quema el cuero con la sal y todo lo que se le hecha y cuando se estira , porque cuando después uno trabaja con animales, enlaza y todo, entonces el cuero no cede, el cuero se corta no más”. (R.M.)Hay distintos tipos de lazos, hay un lazo que se usa para apialar o pialar, [“Enlazar, utilizando un lazo que se arroja a las manos del animal cuando va corriendo, para hacerlo caer y sujetarlo”. (RAE, 2013)], el cual debe tener al menos nueve metros. ”Es un lazo más liviano y delgado, ya que a veces uno está todo el día revoleando”. (R.M.)Cuenta don René, que en marzo, abril y mayo, se juntan varios vecinos a apialar, una especie de comparsa, como las que se veían antes por las estancias, las cuales estaban compuestas por una cuadrilla de hombres que se dedicaban la temporada al trabajo de la esquila y así iban campo por campo llevando a cabo la faena. “Somos varios los que salimos a todas las apialaduras, del Vargas salimos andar allí por el lago Cochrane por ejemplo, llegamos aquí, de ahí vamos en vehículo (...) Es como una comparsa, un grupo de gente que va de campo en campo, va a trabajar y se entretiene, hay asados, unos tragos de vino, cervezas, la herramienta ahí es el lazo (...) Antiguamente la cultura era apialar en toda la región, últimamente como que se fue perdiendo, porque ahora echan a una manga y ahí marcan". (R.M.)El tipo de soga que se utiliza para cada actividad depende del trabajo que se va a llevar a cabo, para tropear y enlazar se ocupa un lazo más grueso o duro. Hay sogas de tres hebras, que se les llama “torcidos”, también hay lazos trenzados que puede ser de cuatro hebras, de la cantidad que uno quiera. Para hacer una soga de tres ganchos, primero se tuerce cada tiento por sí solo y luego se juntan, se van torciendo dos tientos y el tercero se va enrollando entre los otros dos y este último va amarrando el lazo.Cuenta don René, que no hay un tiempo determinado para hacer un lazo..., “uno nunca se pone a hacerlo y hacerlo, sino que uno en el campo, con el trabajo, pasa un rato, arregla un tiento, medio tiento, un pedazo y lo deja por ahí que no se seque, y después no sé, a los 2, 3 días más, lo agarra y arregla otro pedazo y así y entonces al final no sabe... lo va haciendo a medida que....ahí va trabajando uno (...) también sirve para matar un poco las noches o la tarde, como quiera, porque ¿no va a estar todo el día sentado?, toda la tarde, si oscurece a las 5 de la tarde, ¿no va a estar todo hasta la 10 sentado ahí po’?, así que eso le sirve pa’ distraerse y hacer algo que le sirve y así mata la tarde como decimos”. La última parte en el proceso de la confección de un lazo, se le llama “mateo” y consiste en que una vez hecho el lazo, se enrolla desde el centro en un arbusto de calafate, dejando los extremos libres. Los extremos son enganchados a dos caballos, y tirados por ellos; al tirar la soga, esta se estira hacia un lado y luego hacia el otro, esto es para que se esconda el tiento y se sobe más el lazo; dice don René que… "Para la misma pega se hacen como quien dice uno, medios chancaos ni tan duros ni sobaos’ del todo y después la misma pega lo va terminando de sobar (...).” “Uno por naturaleza y mientras uno trabaje en el campo va a tener que trabajar sogas, porque si no, que sea, para poder trabajar en el campo tiene que tener lazos, bozales, cabestro, las monturas tienen que usarse con correones. (...) Terminándose el vacuno, también se termina un poco los trabajos del campo.”

Don Orlando Muñoz cumple el rol de conservar y reproducir el trabajo en soga, contribuyendo a su vigencia y desarrollo.


Por otro lado, más allá de su capacidad para elaborar trabajo en soga, es importante destacar que detrás de toda pieza o parte de un apero, hay una diversidad de conocimientos vinculados, no sólo al oficio en sí, sino a la vida de la pampa, la economía gaucha y las tradiciones locales. Por lo tanto, su rol también se vincula con ser un portador de conocimiento, que es fundamental en el desarrollo de un programa de patrimonio material e inmaterial.

Fuentes:
- REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición, www.rae.es Consultado 15 de Julio, 2013.- Galindo L. (2004). Aisén y su Folclor, Fondo Regional de las Artes y la Cultura, Coyhaique Patagonia Chilena.

  • Identificador SIGPA: CI1477
  • Documentador: Sebastián Miranda Saavedra / Ximena Mansilla Ossandón
  • Fecha de registro: 20-08-2013
  • Tipo: Cultor individual
  • Género: Masculino
  • Comuna: Cochrane
  • Region: Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo
Ubicacion
Fotografías