Nancy Alejandra Berrocal Ortiz
Río Ibáñez, Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo

La señora Nancy Berrocal Ortiz, nace un 19 de mayo de 1970, en la localidad de Puerto Guadal, pero inmediatamente se traslada con sus padres a la localidad de Puerto Río Tranquilo. Su padre llegó desde Valdivia a la región de Aysén y de su madre no conoce su origen, ya que cuando pequeña, su crianza fue entregada a otra familia, por lo que no conoció a su familia progenitora. "Lo que pasa es que mi mamá verdadera, me regaló a mí, o sea me dio a otros viejitos (…) después llegaron acá y me dieron cuando yo tenía un añito". (N. B.). Su madre de crianza viene de Valle Simpson, uno de los poblados más antiguos de la región, ubicado en la comuna de Coyhaique y su padre de crianza llegó, como muchos otros colonos, desde Chiloé. La señora Nancy, no pudo portar el apellido de sus padres adoptivos, ya que sus padres biológicos no estuvieron de acuerdo y la inscribieron en el registro civil con el apellido de ellos, el año 1982, doce años después de su nacimiento. "Mis papás que me criaron me iban a registrar y ellos fueron y me registraron". (N. B.). En la actualidad sus cuatro padres, biológicos y de crianza, fallecieron. Sólo le quedan sus cuatro hermanos, quienes se encuentran repartidos por Estados Unidos, Coyhaique y Bahía Murta, siendo Nancy la única que reside en Puerto Río Tranquilo. A los diecinueve años Nancy tuvo su primer hijo, hoy en día tiene cuatro, de los cuales, dos viven en la localidad, mientras que los otros trabajan fuera. Nancy además de ser conocida por componer huesos, también se desempeña como bombera de la localidad, labor que lleva realizando por alrededor de seis años.




Según Galindo (2004) la medicina popular en Aysén se manifiesta con gran vigor en especial en las zonas rurales, donde no puede llegar la ronda medica o no existe la posta rural. "(…) Lo que se llama medicina popular hoy en día son supervivencias, creencias que tuvieron su origen en los pueblos primitivos y con las que se explican y curaban las enfermedades y sus causas… Antropologos y folclorologos, que estudiaron la medicina popular de diversas regiones sudamericanas, han concluido que contienen una ambivalencia mágico-hipocrática, respectivamente. Y esto hoy es válido para toda Latinoamérica. Este medicina sigue resistiendo porfiadamente, en diferente proporción, el progreso científico y técnico de la medicina actual (…)" (Galindo, 2004, p89). La medicina popular se divide en mágica, vegetal y escatológica. En la medicina mágica se distingue la adivinatoria, que utilizan los curanderos o curanderas para diagnosticar a sus pacientes a través de la orina, la expresión de la mirada, el color de la piel facial, el tono de los labios entre otros que son efecto de empachos, pasmos, mal de ojos y males atribuidos a brujos. Dentro de la misma medicina mágica encontramos la magia simpática, donde se utilizan actos mágicos para mejorar enfermedades, de personas y animales, y como plantea Galindo (2004), el sujeto no puede darse cuenta cual fue el remedio empleado, siendo éstos conocidos como secretos. En el caso de la medicina vegetal, se refiere principalmente a la sanación a través de hierbas en general, las cuales son conocidas como yuyos y en el caso de los arbustos y hierbas con follaje se les designa como matas y a todas las hierbas forrajeras se les designa como pasto. "(…) Ante la ausencia de productos químicos antisárnicos, los campesinos preparaban el agua del baño de ovejas con hojas de bautro (Bacharis s.p.p.) y laurel (Laurelia sempervirens), el bautro era empleado además para lavar y mejorar el cabello (…)" (Galindo, 2004, p.94) Por último la medicina escatológica, Galindo (2004) plantea que con respecto al uso de excremento como medicina en la región de Aysén, solo e registra el uso de la bosta de caballo, la deposición de los bebes y la orina. "(…) La orina se utiliza para detener las pequeñas hemorragias y evitar la infección de una herida. (…) La orina putrefacta llamada en el campo meao podrido se emplea como revitalizador del cabello y como
tratamiento de la alopecia (caída del cabello) (…)." (Galindo, 2004, p. 94) Según Concha (2013), es frecuente el uso de hierbas medicinales para el alivio de males menores, práctica que se heredó de la necesidad de resolver de esta manera las situaciones de enfermedad en otros tiempos. Las chacras, huertas e invernaderos, abundantes en la zona, permiten el acceso permanente a hierbas de uso medicinal como la salvia, la ruda, el paico o el hinojo, y así mismo el entorno permite el acceso a arbustos o hierbas silvestres como la nalca y la menta. En ocasiones a esto se suma el uso de minerales como la piedra alumbre, como cicatrizante. También se siguen utilizando, aunque en menor medida, remedios caseros como la salmuera, agua con una alta concentración de sal, que se usa para favorecer la coagulación de la sangre y detener la hemorragia. Por otro lado, en la recopilación de entrevistas que hizo la Ilustre Municipalidad de Río Ibáñez (s/f) aparecen varios testimonios sobre la importante labor de las parteras hasta hace poco tiempo, cuando los hijos nacían en las casas y no había acceso expedito a médicos. Practica: La señora Nancy, aprendió a componer huesos a partir de los conocimientos de su padre de crianza, don Atanael Tenorio Cárdenas, quien era el que “arreglaba huesos” en el sector, Nancy aprendió solo mirando, aunque cuenta que en esa época le daba un poco miedo y no le gustaba observar cuando su padre lo hacía, por lo cual se arrancaba. "Lo aprendí de mi papá, mirando no más (…) el arreglaba huesos acá, aprendió en Chiloé quizás de su mamá, quizás de quien habría, pero ahí él aprendió eso (…)"(N. B.). Comenzó a trabajar como componedora de huesos, o arregladora de huesos, como le denominan sus pacientes, hace aproximadamente cuatro años, anteriormente sí conocía el oficio, pero por la sensación de dolor que podrían sentir las personas, no lo hacía. El papa de Nancy, arreglaba sacaduras de huesos y hasta quebraduras, para estas últimas hacia una especie de yeso artesanal al que le llamaba “Vilma”, éste se hace con harina, hollín (del caño), jabón y clara de huevo, se unen y se forma una pasta con todo esto y luego se coloca en el lugar de la lesión. Esta mezcla, además de afirmar el lugar fracturado, ayuda a la sanación del hueso, lo que según Nancy, es mucho más eficiente que el yeso mismo, ya que este último, no aporta en la mejoría. "Es como un yeso pero casero, eso se hace con harina, con el hollín de los caños, jabón Popeye y una clara de huevo de huevo y se hace una pasta y se coloca, queda como un yeso (…) lo que le favorece que la Vilma le arregla los huesos, en cambio el yeso que ponen en el hospital, llegan y se lo colocan (…) el otro termina de arreglarle". (N. B.) Las personas que ha ayudado a sanar Nancy, recurren a ella directamente, o enviados desde la posta de la localidad de Puerto Río Tranquilo, si es necesario el
paramédico deriva a sus pacientes, que él no puede tratar, para que Nancy componga la lesión. "A veces viene la persona cuando puede, cuando es una mano ya cuando es un pie, primero van a la posta y ahí el funcionario de la posta autoriza si… que yo tampoco lo hago sin pasar a llevar a él, de repente no puede ser una sacadura, puede tener algo más, entonces puede ser peor (…) De Guadal trajeron una persona el otro día, de Puerto Guadal". (N. B.) Cuando se presenta un paciente, Nancy comienza a revisar a la persona, no arregla quebraduras, sino que sólo sacaduras de huesos, esguinces, o lesiones menores, ya que es mucho más complejo arreglar una quebradura. Comienza a tocar al paciente despacio para encontrar el problema y ahí se da cuenta cuál es la lesión que tiene, ella sabe dónde están los huesos a puro tacto, como nos indica, y así es como comienza. Una vez identificada la lesión, acomoda los huesos lentamente, buscando la posición correcta donde ubicar el hueso, hasta que la encuentra y lo acomoda. "Ahí le vamos viendo los huesitos, hay que buscar la parte donde está el hueso. (…) Tocando se ve al tiro si es… el otro día no más tuve a una persona que tenía el tobillo sacado y más eso tenía un esguince (…) a puro tacto. Solamente se van acomodando ahí, buscándole la parte donde va el hueso (…) no es llegar a tirar, porque le puede hacer otra fractura". (N. B.). Recuerda a casi todos los pacientes que ha tenido, estos han sido como veinte personas y todos con distintas lesiones, incluso empachos, comenta que todo el procedimiento lo realiza con mucha paciencia. Recuerda a una paciente en especial que se desmayó del dolor. "Lo más grave fue una vez que vino un turista extranjero, de Alemania parece que era el caballero y el traía lo que es esta parte fuera (tobillo), al colocarle eso sonó tan fuerte que todavía, siempre me parece que ya voy a escuchar ese sonido (…) pero sabe que el ni siquiera gritó, nada ni una cosa (…) ahí se les pone una venda para que no se vuelva a salir, porque no tienen cuidado. Después otro caballero que se le salió esto de aquí (muñeca), esto quedó pegado acá, no sé cómo (…) igual yo le arreglé con paciencia y quedó bien". (N. B.). Nancy no cobra por su servicio, ya que ella considera que primero el paciente debe sanar. La hija menor de la señora Nancy, es la única de sus hijos que se ha interesado por este conocimiento. "El otro día mi hija estaba contenta porque una compañera de curso se saco un dedo y me dijo mamita, me dijo, adivina quien le puso el dedo a la Chechi se llama, dice que ella (…) tiene diecisiete (…) ella estaba contenta". (N. B.). FUENTES: 163 | P a g i n a Concha, R. (2013). Informe Variable Patrimonio Inmaterial; Sub-etapa 1: Descripción y caracterización de las variables de la cuenca del Río Ibáñez. Galindo L. (2004). Aisén y su Folclor, Fondo Regional de las Artes y la Cultura,Coyhaique Patagonia Chilena.

  

  • Identificador SIGPA: CI1499
  • Fecha de registro: 21-08-2013
  • Tipo: Cultor individual
  • Género: Femenino
  • Comuna: Río Ibáñez
  • Region: Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo
Ubicacion