Aprendí con los talleres de los Madariaga, ahí estuve con ellos tres años, entre el 2013-2016; pero yo siempre escribí, como soy profesora. 

Con ellos aprendí a hacer décimas -que me gustaron mucho- con harta facilidad. En el espacio en que aprendíamos ocurrió que la directora de Cultura de Llolleo las encontró muy bonitas e interesantes porque estaban relatando problemas de personajes bien importantes y de familias bien arraigadas en las distitnas comunas de la Provincia de San Antonio. Entonces, me propuso que hiciéramos un libro...y de ahí salieron tres, más un cuarto que es una recopilación de las décimas; este me reconoce como una  de las diez poetas del litoral.

Todo esto ha sido muy gratificante porque me ha estimulado mucho, y me ha permitido observar que cada persona tiene una historia que se pierde con los años y se va, y son ejemplos de vida. Cuando escribo estas historias me sirve para enseñárselo a los niños y adultos a los que les hago clases. Se están recuperando historias

Creo que tengo la posibilidad de expresar lo que siento y lo que veo con una técnica y medida de la que no me puedo salir. Así me identifico como poeta popular, con esto creo que mi función es motivar a gente a primero escuche e interprete lo que está escribiendo y diciendo.