Antecedentes biográficos:

La Señora María Teresa Contreras, chillaneja de nacimiento pero criada en Talca, arribó a Peñaflor cuando tenía 15 años. Desde pequeña cultivó un especial talento por la música, siendo compositora, cantora y guitarrista autodidacta, gustando de componer armoniosas tonadas que relaten hechos conmovedores en su vida, o que considera son dignos de ser divulgados. En esta localidad del poniente de la Región Metropolitana conoció de inmediato a quien sería su esposo hasta el día de hoy, don Andrés Arce, activo cuasimodista desde niño en la organización antigua de Peñaflor (parroquia Nuestra Señora del Rosario), uno de los más tradicionales de la zona que luego se dividirá al fundarse nuevas parroquias en el sector y hacerse inabarcable por un solo Cuasimodo la creciente población.

Fundamental en la vida de doña María Teresa, don Andrés se inicio en Cuasimodo el año 1958, a eso de los 11 años. Entrada la década de los sesenta, se trataba de una corrida bastante masiva, donde destacaba el enorme grupo de bicicletas además de los tradicionales jinetes entre los cuales corría el Sr. Arce. La gran cantidad de ciclistas se debía a la industria que en esos tiempos era fundamental para la comuna: calzados Bata. En ese lugar trabajaban alrededor de 4000 obreros, residentes en Peñaflor quienes en su mayoría tenían una bicicleta para trasladarse en la zona. Ellos masivamente se hacían parte de Cuasimodo. Para 1977 se contabilizaron en Peñaflor 600 ciclistas y 300 jinetes (Prado, 2012: 69).

Uno de los primeros recuerdos que doña María Teresa tiene en Peñaflor transcurre una mañana de marzo, cuando su madre la despertó exclamando: “!Vengan, levántense, vengan a ver que cosa más linda!”. Afuera de su casa pasaba un gran número de bicicletas cuasimodistas y columnas de jinetes con sus caballos adornados con capas similares a las que utilizaban los caballeros medievales, que relumbraban con la luz matinal al tener espejitos adheridos; además de todo el resto de colorido y alegría de la instancia. Sería su primer encuentro con Cuasimodo y, para su entender, desde ese momento germinó en su corazón y mente la canción que muchos años después dedicaría a la corrida.

Durante gran parte de su vida, compartiendo la pasión de su esposo, doña María Teresa experimentó Cuasimodo muy de cerca, pero no desde su interior. No se animaba a correr dentro de la caravana, pero acompañando a don Andrés durante sus 41 años de casados y otros 6 de pololeo, observaba la belleza de la instancia con gran inspiración. No fue hasta hace tres años que esta cultora se decidió a ser parte de la corrida integrando la columna de ciclistas, hecho que le abriría una puerta a nuevas perspectivas e interpretaciones de la festividad.

Es de mencionar también la participación amplia del matrimonio Arce - Contreras en la parroquia y en instancias folclóricas anexas en la comuna, instancias que muchas veces se entrelazan con Cuasimodo. Dentro de estas experiencias se remarca el baile de la cueca, donde la pareja fue campeona provincial en dos ocasiones consecutivas (2011 – 2012) y tercer lugar a nivel regional (categoría senior). Doña María Teresa en una ocasión bailó un pie de cueca para Cuasimodo. En
general, los grupos folclóricos y personas que los componen en Peñaflor y otras localidades de la zona están ligados estrechamente a la festividad religiosa que nos convoca.

Por el momento, debido a problemas de salud, doña María Teresa no está en condiciones de correr Cuasimodo en bicicleta. Sin embargo, su convicción es seguir ligada de cerca a la festividad, como espectadora privilegiada en torno a la participación de don Andrés y como cantautora que cristalizó su experiencia cuasimodista en una hermosa tonada.


Actividad del cultor:

Hace tres años doña María Teresa decidió dejar su puesto de espectadora para ingresar como una integrante de la corrida en Cuasimodo. Su medio de locomoción fue la bicicleta, una de las formas más