Juan Faúndez nació en la zona del Lago Llanquihue, cerca de Puerto Varas, en 1949, cuando tenía 15 años su familia emigró a la zona de Lleguimán, buscando un mejor pasar, y tener algo propio. La carpintería de ribera la aprendió sólo por curiosidad; Cuando Juan tenía 17 años, su padre mandó a construir una lancha, y Juan observó bien cómo era el proceso de construcción, y a partir de lo aprendido, comenzó a construir sus propias embarcaciones.

Al principio construyó lanchas veleras, que eran las más usadas tiempo. Después su uso decayó y entonces siguió construyendo lanchas a motor. Juan es el único cultor activo en el sector de Lleguiman, en la costa de Hualaihué. Complementa esta actividad con la agricultura, y en los últimos años con el turismo, ya que, junto a su esposa poseen el camping “Cuevas de Poe”, en el sector llamado Punta Poe, al sur de Lleguiman y Purne. En agricultura, cultivan papas y ajos para la venta, además de tomates, lechugas y otras verduras para el consumo propio.

No obstante, su dedicación a la carpintería de ribera ha sido constante a lo largo de su vida: “la mayoría del tiempo he estado construyendo y reparando lanchas grandes y construyendo igual, y botes, si perdí la cuenta porque hice muchos, muchos botes de 4 metros, de 3 metros, de 5 metros.”

En general obtiene la madera de su propio campo o de campos cercanos. En general usa maderas nativas.“cuando era ciprés tenía que comprarlo, pero el mañío lo hacía yo mismo en elcampo mañío, avellano todas esas cosas las hacía todas, la última lancha que hice grande de 15 metros, la hice de toda esa madera la hice acá mismo con el campo coihue”.

Cuenta que la madera la hace a motosierra, no es de aserradero. Pero la madera nativa también va desapareciendo. El mañío colorado o macho, que es el más apropiado para la carpintería de ribera, escasea cada vez más. Para las cuadernas, usa principalmente el coigüe y ulmo, cuando le piden embarcaciones con cuadernas naturales. También trabaja con cuadernas sobadas. “la cuaderna sobada tiene más duración, uno tiene que buscar madera especial que sea buena, sana que sea para poderla sobar y en cambio la natural como la encuentre la coloca, le da la forma no más y la coloca”.

Sus clientes son mayormente de la misma costa de Hualaihué, o de las islas del archipiélago de Calbuco, la mayoría pescadores, pero también ha hecho lanchas de cabotaje. Dice que la pesca es una actividad inestable, que tiene sus tiempos de abundancia y escasez. Juan alcanzó a conocer el buceo con escafandra, que fue muy común en el pasado. Todavía la actividad del buceo es importante en esta zona.

A Juan le gustaría construir una lancha velera nuevamente. Aunque sea para tenerla de muestra. Por el momento está habilitando una pequeña: “yo he estado siempre con proyecto de hacer una lancha velera para tenerla como muestra no hacerla navegar porque a lo mejor navegando no le saco provecho, pero ahora estoy, tengo uno de 3 metros para hacerlo velera, la tengo en la playa lo hice con forma de lancha bien ancho y ahora lo voy a traer para acá para hacerle cubierta y hacerlo una lancha velera, pero de 3 metros”.

También tiene un pequeño “museo” habilitado en su casa, con algunas embarcaciones a escala, objetos antiguos y otras curiosidades.

Portador de saberes, con amplia trayectoria en la carpintería de ribera de Hualaihué. Su vida ha estado dedicada al desarrollo del oficio, valorando las iniciativas y espacios que sean implementados para transmitir los conocimientos adquiridos a quienes se encuentren interesados.