Nacido en Curicó en septiembre del año 1963, Hernán Lizana se inició en su primera juventud en el arte de la improvisación, inspirado por las historias fantásticas que su abuela le relataba desde pequeño. Una profesora del liceo de Hernán le puso el sobrenombre de “Condor Libre”, a través del cual es conocido en su faceta de poeta y payador.

La precaria situación económica de su familia llevó a Hernán a hacer de la paya su oficio y en el año 1975, con 13 años de edad, participó en el Primer Encuentro de Payadores “Raúl de Ramón” en la ciudad de Teno, obteniendo el primer premio del certamen.

Durante su carrera como payador, ha participado en diversos encuentros y concursos de payadores a lo largo del país. Entre los eventos que Hernán recuerda con más efusión, destacan el Enfrentamiento de Payadores, organizado por la Secretaría General de Gobierno en el año 1977; “Encuentro de Payadores Chilenos” en Teno, durante los años 2014 y 2015.

Ha sido nombrado Ciudadano Ilustre y Cultor Destacado de la ciudad de Romeral durante el año 2014, recibiendo un diploma de honor por su vasta trayectoria folclórica y cultural. Además, se ha enfrentado a payadores internacionales de la talla de José Curbelo de Uruguay y Lázaro Moreno de Argentina, dejándolos, en sus propias palabras, “con la cola entre las piernas”.

Actualmente, desarrolla su oficio principalmente en la Región del Maule y del Bío-Bío, principalmente en contextos sociales cotidianos, como ferias y comedores populares, y durante fechas específicas en rodeos, fiestas costumbristas y encuentros folclóricos.

La Región del Maule, especialmente la ciudad de Curicó y sus alrededores, ha destacado históricamente como un territorio rico en manifestaciones poéticas como la paya. Desde el célebre enfrentamiento en el año 1800, entre los improvisadores don Javier de la Rosa y el mulato Tegualda, Curicó mantiene una fuerte historia de esta tradición. Lamentablemente, en la actualidad son muy pocos los verdaderos payadores vivos (se usa el término “verdaderos” para distinguir a los improvisadores de los poetas que recitan exclusivamente de memoria), quedando en la zona de Curicó y Romeral no más de una decena de éstos. Además son pocos los payadores que cuentan con aprendices dispuestos a aprender el oficio.

Siendo la paya una práctica que remonta a la conquista del territorio chileno, se considera de vital importancia cultural el rescate del conocimiento de sus exponentes vivos.