En la localidad de Pilén, comuna de Cauquenes, región del Maule, se ha realizado por más de un siglo, un trabajo en greda que tiene raíces en la alfarería prehispánica y que, en su desarrollo ha creado una cerámica campesina, con características morfológicas comunes, de paredes gruesas y sin decoración, destinadas a cumplir roles, principalmente utilitarios  para uso doméstico y actividades de la vida cotidiana.  

Son mujeres de diversas edades, originarias de una de las  zonas rurales de  Cauquenes, llamada Pilén. Han aprendido el oficio por línea matrilineal, por al menos tres generaciones. Trabajan individualmente, pero comparten características propias, gracias a una historia de relaciones de parentesco en un territorio común.

Su trabajo en loza se basa en técnicas y métodos manuales para lograr el producto  final, con la ayuda de pequeñas herramientas caseras, tales como, cucharas, cuchillos y piedras, fabricadas por ellas mismas, que suelen ser sus “herramientas regalonas”, pues las acompañan durante muchos años en el oficio  y permiten modelar y dar terminaciones a las piezas.  

La loza está ligada a la memoria culinaria campesina de la zona central y a las tradiciones de la cultura huasa. Los productos desarrollados responden a la demanda en torno a los utensilios para la gastronomía ligada a la comida criolla y popular, siendo su pieza más vendida la “paila de greda”. La temática campesina se refleja también en las piezas ornamentales, como cocinas a leña, pequeñas iglesias, guitarreras, palmatorias, entre otros.  

La comercialización se ha realizado históricamente en los mercados cercanos, sobre todo en la Feria de Cauquenes, donde se trasladan las loceras los días de feria. La venta también es realizada de forma directa en sus hogares y en menor medida por medio de compradores mayoristas. 

Desde que obtuvieron el reconocimiento Tesoros Humanos Vivos, han sido incorporadas a la red de la Fundación Artesanías de Chile, a través de la cual es posible vender su artesanía online y en las tiendas a lo largo del país. Sus ventas, sin embargo, no son estables, por lo que comparten su tiempo con las actividades agrícolas, comercializando productos tales como hortalizas, huevos y otros productos, según la fecha del año.

La comunidad se compone de mujeres alfareras  provenientes de la localidad rural de Pilén, ya sea Pilén Alto, como Pilén Bajo, que preservan y transmiten una tradición por generaciones a través de linajes familiares descendientes de reconocidas loceras. Este reconocimiento también existe desde alfareras de otras comunas del país. 

Ellas desarrollan un proceso creativo y productivo autónomo, aunque también son apoyadas en ciertas tareas pesadas, como por ejemplo, la recolección de materias primas y el transporte de las mismas con familiares o conocidos. Si bien en estas colaboraciones a veces participan hombres, son las mujeres son las transmisoras, ejecutoras y difusoras de los conocimientos. 

Algunas de las cultoras se encuentran asociadas a la “Agrupación Loceras de Pilén”, organización propia de cariz funcional, donde ocupan roles directivos, así como también organizan jerarquías internas, sobre todo en el caso de aquellas de más avanzada edad reconocidas por su experiencia. También hay loceras no asociadas que se desenvuelven independientes de la agrupación y su funcionalidad. 

Como la mayoría de las mujeres campesinas, realizan otras labores aparte de la loza, como tareas propias del campo y de la economía rural, con las que complementan económicamente el trabajo en loza.

La comunidad cultora que comparte el oficio es de distintos grupos etarios, aunque son principalmente adultas mayores y comparten criterios identitarios comunes relacionados con:  la pertenencia al territorio y la herencia de un conocimiento de Pilén, la extracción de la materia prima en la localidad, el trabajo en sus hogares independientemente, la comercialización en ferias de áreas urbanas cercanas y en sus domicilios, el manejo de todas las etapas y técnicas del proceso productivo y de la venta, y desarrollar diseños de loza propia de la locería en Pilén, es decir con temáticas campesinas, tanto utilitarias como decorativas u ornamentales.

Los métodos de transmisión son diferenciados y dependen directamente de la personalidad y el carácter de las loceras. Algunas comparten abiertamente su conocimiento,  mientras otras son más reservadas  para resguardar la venta y comercialización.  

El aprendizaje se realiza principalmente por la línea materna, de las mujeres mayores a las menores: hijas, nietas y sobrinas, sin embargo, también se realiza hacia el exterior de la familia entregando pautas, secretos y saberes, independientemente de la edad. 

La observación temprana es crucial y se desarrolla a partir de los 10 o 12 años, no obstante con anterioridad hay un acercamiento a la greda a través del juego y la imitación. Posteriormente, aprenden las técnicas específicas del proceso productivo: reconocer, recolectar, machacar, cernir y mojar la greda; luego, armar, modelar, raspar, alisar, orear, secar, bruñir, cochurar, cocer y, en algunos casos, teñir. 

La transmisión se produce en la casa de las loceras, ya sea en la cocina o en su taller, entendidos como espacios acondicionados para desarrollar el oficio. Otro lugar importante es donde se extraen las materias primas, pues allí se aprende a reconocer y diferenciar la tierra de la greda.

  • Identificador SIGPA: E3128
  • Folio: 2016_007
    Investigaciones
  • Estudio e Investigación sobre la técnica de elaboración de artesanía de Rari y Pilén - M. Rodríguez, 2015
  • Loceras de Pilén, comuna de Cauquenes, región del Maule. Investigaciones participativas de elementos de patrimonio cultural inmaterial - U. Católica de Temuco. Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño, 2018
  • Resumen de "Loceras de Pilén, comuna de Cauquenes, región del Maule. Investigaciones participativas de elementos de patrimonio cultural inmaterial" - . Subdirección de Patrimonio Cultural Inmaterial, 2020
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