Cuasimodo de Peñalolén
Peñalolén, Metropolitana de Santiago

Antecedentes biográficos:

La primera corrida de Cuasimodo en Peñalolén se realizó en abril de 1981. El año anterior, el matrimonio compuesto por Angélica Castillo y Nibaldo Henríquez en conjunto con otra pareja casada de amigos y vecinos, Elena Tapia y Alfonso Sánchez, decidieron dar vida a la fiesta en la comuna. Ellos eran asiduos concurrentes al Cuasimodo de Lo Barnechea, pero aquel año se propusieron el desafío de tener uno en casa. Las condiciones existían, señala doña Angélica: extenso campo, numerosos caballos, medialuna para la fiesta, monjas y sacerdotes dispuestos a participar; sólo faltaba organizarse. Después de proponer la idea en comunidad y convencer a algunos escépticos, recibieron el apoyo de la parroquia San Marcos (a la cual correspondía la zona), del Club de Huasos de Peñalolén y de la destacada folclorista Gabriela Pizarro con su conjunto musical, quienes aportaron música chilena para la celebración. La unión de estas personas logró organizar el primer Cuasimodo para Peñalolén, donde destacaron además de los antes mencionados, los vecinos Alfonso Velásquez, Víctor Rojas, Joaquín Lira y Segundo Meneses (2012:16).

A principios de los años ochenta Peñalolén era una comuna predominantemente rural. Su faceta residencial estaba compuesta casi en su totalidad por parcelas, siendo sus habitantes “gente de campo” muy asidua al uso del caballo. De esta forma, al comenzar a realizarse Cuasimodo, estos vecinos campesinos acudían masivamente y en familia, conformándose los primeros años esta corrida exclusivamente con jinetes (al menos 200). Las calles del recorrido eran prácticamente en su totalidad de tierra. La participación en la festividad era más activa y espontánea al existir un sentido de comunidad más arraigado y una cercanía de amistad entre las familias del campo, en comparación al día de hoy donde existe más individualismo propio de la urbanidad. Habría influido también en esto la existencia de un catolicismo más acérrimo por aquellos tiempos en la zona. Antes, según sus organizadoras, el sentido de dar la Comunión a los enfermos durante la corrida era lo más importante, existiendo un ambiente más religioso enfocado fuertemente en la misión de llegar a los postrados con el Cuerpo de Cristo, lo cual era prioridad al momento de programar el recorrido. Con el pasar del tiempo se fue perdiendo un poco este sentido para dar paso a uno más orientado a la corrida en sí misma, al lucimiento de los jinetes y a la realización de actividades folclóricas.

Desde un comienzo la parcela de la familia Henríquez/Castillo se constituyó en el centro neurálgico y logístico de este Cuasimodo. Se trataba de una especie de taller donde ensayaban la música, se elaboraban los adornos, las banderas, la vestimenta (esclavinas, pañuelos) y se reunía “la huasería” de amanecida para la corrida (alrededor de las 5 am), sirviéndose desayuno en comunidad. Todos cooperaban con trabajo, materiales y/o dinero para la ocasión, haciéndose un fondo común. También, la comunidad organizaba actividades durante el año para reunir fondos que sirvieran a la organización de Cuasimodo. Los preparativos para la corrida comenzaban al menos dos meses antes.

El recorrido cuasimodista era distinto al que se realiza hoy. En un principio la caravana recorría también áreas de la Comuna de La Reina, uniéndose a vecinos huasos de esa zona con los cuales existía una relación de amistad previa. Fue después de algunos años que La Reina decidió independizarse como Cuasimodo. Los primeros años de separación, igualmente las comitivas coincidían en algunos puntos limítrofes de las comunas corriendo ambos en ciertos puntos, creándose cierta amistosa confusión. Finalmente se delimitó la zona en el Regimiento, sin embargo los cuasimodistas de La Reina al finalizar su recorrido se unían a la caravana peñalolina para festejar en la fiesta huasa de Peñalolén, perdurando la unión.

Un acontecimiento importante era la realización de la misa de Cuasimodo, la cual organizaban los cuasimodistas en plena calle (en el bandejón de avenida Grecia próximo a la intersección con calle Caburga), utilizando el acoplado de un camión rojo para disponer el altar. De esta manera, la ceremonia era en un espacio abierto y comunitario, sin depender el grupo laico organizador de la municipalidad ni tampoco utilizando infraestructura de la Iglesia (sólo recibían apoyo de estas instituciones). Esta independencia, que perduró al menos hasta finales de los ochenta, se daba también en las demás actividades de la corrida, todas callejeras (en los primeros tiempos no existía la medialuna). El cura que había acudido a Cuasimodo especialmente celebraba la misa “vecinal” y se presentaba una gran cantidad de feligreses. En este sentido la relación con los sacerdotes ha sido bastante directa, contactándose curas que acepten y apoyen el Cuasimodo. El único problema es que siempre ha costado conseguir “curas huasos”, es decir, sacerdotes que estén familiarizados con el folclor chileno y el uso del caballo, lo cual habría provocado incluso en una ocasión la caída estrepitosa de un “cura urbano” desde el carretón.

Otro evento especial dentro de la corrida era la parada en el hospital de niños de la comuna, donde se daba la Comunión a numerosos infantes que se encontraban imposibilitados de ir a la iglesia. Desde hace algunos años, la mayoría de los niños tiene salida dominical, por lo que ya no se justifica esta parada.

La relación con la municipalidad ha sido desde un comienzo, en palabras de doña Angélica, excelente debido a su activa cooperación. El acercamiento del municipio a Cuasimodo comenzó en el mandato de la alcaldesa designada en Peñalolén por la Dictadura Militar, doña María Angélica Cristi (1984 – 1989). Desde ahí, han recibido el apoyo de alcaldes y concejales tanto de derecha como de izquierda, contando también en numerosas ocasiones con la máxima autoridad municipal como corredor(a) importante a caballo. Sin embargo, han existido ciertos roces entre la municipalidad y la Iglesia, por ejemplo, cuando en una ocasión la alcaldesa Cristi se fotografió como elemento principal del Cuasimodo lo cual fue fuertemente criticado por la Iglesia e incluso le costó la salida al párroco local. No debemos olvidar que se trata de una celebración religiosa que no debe politizarse en demasía.

Cuasimodo en Peñalolén tiene como objetivos principales entregar la Comunión a vecinos enfermos/postrados que no pudieron comulgar el domingo de Resurrección (durante el domingo posterior) y reunirse en comunidad tanto con motivos religiosos como de fiesta folclórica. Para esto, los vecinos han organizado una caravana que escolta al cura con el Santísimo, realizándose en el recorrido también manifestaciones folclóricas con música y baile, principalmente cueca. La celebración se organiza con la participación/permiso de la parroquia San Roque y una activa coordinación y financiamiento municipal, además del trabajo directo de un grupo de vecinos respaldados por el Club de Huasos local.

El año 2013 la celebración comenzó con una “misa a la chilena” en el frontis del salón Chimkowe de la municipalidad. Para Cuasimodo es fundamental el lugar de partida, ya que tradicionalmente suele hacerse desde una parroquia, o bien desde un lugar de fuerte significación religiosa/comunitaria para los cuasimodistas. Por esto, hoy algunos participantes plantean la necesidad de volver a realizar la misa en la calle como antaño (ver antecedentes biográficos), dejando de depender de instituciones externas a Cuasimodo y contando con una mayor cantidad de asistentes. Una vez finalizada la misa, comenzó a transitar la caravana, encabezada a caballo por la alcaldesa Carolina Leitao.

Según información municipal, el recorrido de Cuasimodo pasó por Av. Grecia (Caburga), Altiplano, Llanura (Capilla Espíritu Santo), Alejandro Sepúlveda, Pirihueico, El Valle, (Parroquia Jesús Servidor), Caracas, Alejandro Sepúlveda, Los Molineros, Los Guindos (Parroquia San Roque), Egaña, Arrieta Oriente (Calle 139), Arrieta (Fundación Las Rosas), Arrieta y Diagonal Las Torres (2013).

Durante la corrida, la escolta de la carroza en que circula el cura y otros participantes van tocando campanas y gritando consignas religiosas como ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Cristo Resucitado! ¡Viva la Virgen del Carmen!, y otras típicas de Cuasimodo que se dan a lo largo de Chile. Se nos señala que en el pasado los gritos eran más variados, fuertes, numerosos y extensos (a modo de rezos), lo cual ha decaído en paralelo a la desaparición de algunos miembros antiguos y a la pérdida del énfasis religioso de la fiesta. Las campanas tienen la función de despertar a la gente en la mañana para que advierta a la comitiva y tenga la oportunidad de salir a la calle a presenciar la corrida (aunque sea en pijama). La caravana se va deteniendo mientras el cura ofrece la Comunión, entrando con un pequeño grupo a las casas de los enfermos. Al ser libre la asistencia a la corrida, se corre en todo tipo de vehículos motorizados y no motorizados que se van uniendo ornamentados en el pasar de las cuadras, ubicándose en la retaguardia según orden de llegada y agrupadas según categoría de vehículo.

Las vestimentas y ornamentación en general para Cuasimodo han sido establecidas según la tradición que sus organizadores observaron en celebraciones de otras comunas. Esto es: esclavina y pañoleta en colores blanco y amarillo (pabellón del Vaticano); mismo color para guirnaldas, globos y la mayoría de las flores. También se utilizan banderas del vaticano y chilenas; ramas de palmera y variada imaginería religiosa. Varios vecinos adornan fachadas y rejas del patio de sus casas, con énfasis aquellos hogares donde se dará la Comunión, instalándose una pequeña mesa a modo de altar y el ornamento de imágenes religiosas, flores, ramas de palmera, guirnaldas, globos, con predominancia en el blanco/amarillo; esto como señal de la presencia del enfermo para la comitiva.

Algunas juntas de vecinos se organizan para esperar a los corredores y atenderlos con comida y bebestibles. En esas paradas los conjuntos folclóricos participantes (UCAF y FOSAL) bajan de sus caballos y vehículos para interpretar música (fundamentalmente cueca) en torno a la cual se realizan bailes. Estas “paradas folclóricas” se hacen también en algunas parroquias donde se han reunido ancianos para comulgar, es un distintivo que tiene Cuasimodo de Peñalolén y viene a remarcar el sentimiento de alegría en torno a la corrida. Es una instancia de visita entre amigos/vecinos que debe celebrarse, tomando en cuenta que algunos de los enfermos comulgan muy pocas veces al año e incluso algunos están en sus últimos meses de vida, buscándose darles un momento de felicidad. Además, Cuasimodo celebra a Cristo Resucitado, lo cual es un pasaje feliz para el mundo católico. Otra parada importante que se realiza todos los años es en la Fundación Las Rosas ubicada en calle Arrieta, donde se da Comunión a un gran número de ancianos que espera a la salida del hogar, sentados en sillas.

Una vez dadas las últimas comuniones en residencias de Av. Las Torres, la comitiva enfila con dirección a la medialuna de Peñalolén, a la cual se accede en “correteo” (a la carrera) por una subida pronunciada y larga, siendo un gran esfuerzo el subir para algunos carretones y ciclistas sobretodo. Se finaliza la corrida con una fiesta en este lugar, comenzando este encuentro con la segunda parte y final de la misa iniciada en la municipalidad horas antes. En la ocasión se sirven bebidas y empanadas por parte del municipio. Una de las actividades principales es la premiación a las mejores ornamentaciones que presentaron los participantes en todas las categorías: jinetes, carretones, bicicletas, automóviles, camionetas, camiones, la cual es organizada y financiada por la municipalidad. También se realiza la “quema de Judas”, lo cual consiste en golpear y luego prenderle fuego a un muñeco de dimensiones humanas confeccionado con ropas viejas, relleno con paja y petardos (su explosión da más espectacularidad y notoriedad a la quema) que representa al apóstol Judas Iscariote, hombre que traicionó a Jesús a cambio de dinero precipitando su trágica muerte según el Nuevo Testamento. De esta manera, su ejecución se asume como un ajusticiamiento popular católico con este desleal y ambicioso personaje bíblico, el cual viene a personificar los valores negativos, intrínsicos en las relaciones humanas, que deben ser erradicados para lograr una cohesión social positiva. El muñeco es elaborado por comisiones de vecinos que se ofrecen voluntariamente para esta tarea.

El Club de Huasos local es fundamental en la organización de Cuasimodo en Peñalolén. Existe una unión entre el grupo organizador específico de Cuasimodo (familias señaladas en los antecedentes biográficos) y la institución folclórica de carácter indisoluble, ya que muchos de sus componentes participan en ambas instancias, además de existir fuertes lazos familiares y de amistad entre ellos desde los inicios de la celebración en los años ochenta.

La relación con la municipalidad es muy estrecha. Esta institución ha servido como un agente central para coordinar y financiar la festividad en los últimos años, dándose un proceso hacia un mayor orden en la fiesta, además de asegurarse su realización año a año. Sin embargo, el apadrinamiento al antiguo grupo que organizaba la fiesta ha provocado que los cuasimodistas no necesiten recaudar fondos durante el año, reuniéndose sólo algunos días antes de Cuasimodo, lo cual podría considerarse un efecto negativo para el fortalecimiento de esta organización. Por otra parte, esta cercanía tan marcada con el municipio ha sido cuestionada en algunos momentos por la Iglesia y por la Asociación Nacional de Cuasimodistas, ya que una de las reglas a nivel nacional es que Cuasimodo sea organizado por una parroquia con apoyo de cuasimodistas, delegándose la participación de instituciones laicas como los municipios a roles secundarios.

La Fiesta de Cuasimodo se transmite generacionalmente en la familia Henríquez/Castillo (nuestros entrevistados) y, como ellos señalan, en el resto de la comunidad cuasimodista peñalolina. Los nietos de doña Angélica comenzaron con menos de diez años y hoy ya rondan los treinta, lo cual verificamos en fotografías de ellos corriendo Cuasimodo con sendas vestimentas a caballo desde muy pequeños. Es un evento con profundo sentido familiar, donde acude la familia en conjunto y participan todos en la preparación/ornamentación de caballos, vehículos y otros. Sin embargo, hoy Cuasimodo de Peñalolén es menos multitudinario que antaño. Esto se debe, entre otros factores, a la muerte de varios cuasimodistas antiguos quienes eran activos corredores.

En cuanto a la organización desde la sociedad civil, tenemos la presencia de un grupo de vecinos que no cuentan con personalidad jurídica. Por esto, varios participantes jóvenes con apoyo de los organizadores antiguos quieren darle mayor orden y “seriedad” a la fiesta en la Comuna, para lo cual se está trabajando en la conformación de una organización con personalidad jurídica. De esta manera se quiere conformar un grupo más estable, que se reúna de manera constante durante el año, que realice otras actividades paralelas y/o complementarias a Cuasimodo (de beneficencia, religiosas, festivas, comunitarias, folclóricas, de recolección de fondos, etc.) y que participe de manera formal en actividades organizadas por la Asociación Nacional de Cuasimodistas y en otras instancias. Esta formalización tiene como objetivo fundamental, también, devolver un sentido marcado en lo religioso a la fiesta, centrado en la entrega de la Comunión a los enfermos en desmedro del acentuado enfoque folclórico y ecuestre que hoy se está presentando, además de erradicar algunos desórdenes aislados como la ingesta de alcohol durante la corrida. Para esto último se pretende empadronar a los corredores.

El nombre tentativo para esta nueva asociación es “Gabriela Pizarro”, en conmemoración de la reconocida folclorista local (Q.E.P.D.) que participó activamente en la conformación de este grupo en los años ochenta. Si bien muchos han debido partir, hay un buen número de cuasimodistas/corredores de avanzada edad que todavía corren aunque “apenas se mantienen con el bastón”. Ellos, además de aportar experiencia en la corrida misma, están participando en la reuniones que se están realizando para la regularización de la organización, opinando, aportando sus conocimientos a las nuevas generaciones, quienes ven como una necesidad el realizar un rescate cultural del Cuasimodo local en general y de los ancianos como portadores de esta cultura en torno a la nueva Asociación. De esta manera se está realizando un trabajo intergeneracional, con apoyo también para los aspectos legales y prácticos del concejal Sr. Marcelo Fierro, quien fuera por varios años encargado de cultura municipal y un folclorista cercano a Cuasimodo.

La creciente urbanización en la comuna ha propiciado sensibles cambios en Cuasimodo. Por una parte la pavimentación ha hecho cada vez más difícil correr a caballo (en cemento se provocan múltiples accidentes por el resbale de animales) y se ha prohibido el mantener animales en casas por motivos de salubridad (molestan los olores, ruidos, infecciones, etc. a los nuevos vecinos de condominios). Quedan muy pocos caballos en algunas parcelas cercanas a la precordillera, en la zona de Antupirén y en la medialuna, lo cual va menoscabando la participación de jinetes y aumentando los vehículos motorizados. Por otra parte, en general, la llegada masiva de población ha cambiado los lazos comunitarios de campo por el individualismo de la urbe, dificultándose la participación comunitaria desinteresada en torno a Cuasimodo.


Bibliografía

- Municipalidad de Peñalolén. “Cientos de peñalolinos celebraron la Fiesta de Cuasimodo”. 2013.
http://www.penalolen.cl/noticia/cientos-de-penalolinos-celebraron-la-fiesta-de-cuasimodo. Visitado el día 19 de abril de 2013.

- Revista Todo Terreno. 2012. “Los Fundadores de Cuasimodo”. Nº 85. Municipalidad de Peñalolén.

  • Identificador SIGPA: CC832
  • Fecha de registro: 04-11-2013
  • Tipo: Cultor colectivo
  • Composición: Mixto
  • Comuna: Peñalolén
  • Region: Metropolitana de Santiago
Ubicacion