Comunidad Baile de los Negros
Licantén, Maule

El Baile de los Negros es la denominación popular que recibe el conjunto de expresiones rituales que componen la Fiesta de la Virgen del Rosario en el Valle de Mataquito, Región del Maule. Su origen se remonta a la celebración de los solsticios de invierno en los tiempos prehispánicos, fecha que la Iglesia Católica reemplazó tempranamente por la de Corpus Christi y luego a la Virgen del Rosario. A fines de la década de 1950 esta ceremonia se prohibió para eliminar los festejos y fondas que se armaban en torno a ella. En 1969 se reeditó, trasladándola al tercer domingo de octubre, fecha en que se celebra actualmente.

Durante la fiesta, antes de comenzar la marcha, los fieles se reúnen en la iglesia de Lora para desde ahí llevar en andas a la Virgen hacia un carro decorado con flores y una bandera de Chile. El carro es comandado por dos niños vestidos de angelitos junto a un joven que marcha frente al carro sosteniendo en lo alto una cruz de bronce. Más atrás marcha el abanderado, liderando a los pifaneros. A su alrededor, moviéndose periféricamente en relación a los pifaneros, marchan los empellejados y las indias, protegiéndolos y encerrándolos a la vez. Finalizado el baile, los pifaneros ejecutan tres pies de cueca, que bailan parejas compuestas por las indias y los empellejados.

Esta estructura elemental con que marcha cada año la procesión de Lora se ha mantenido únicamente a través de la memoria colectiva de sus pobladores. Durante siglos, y casi sin cambios, la fiesta ha mantenido a los mismos tres protagonistas principales que acompañan tradicionalmente cada año, con música y baile, a la Virgen en su fiesta

Los pifaneros
Su nombre proviene del instrumento que llevan consigo y con el que van marcando el compás de la marcha, el pífano. Se trata de una flauta tallada en madera con forma de guitarra invertida a la que se le agrega chicha para lograr tonos más graves o agudos. Su origen es una mezcla única que incluye las pifilcas mapuche con influencias incaicas, ya que, pese a tratarse de un instrumento mapuche, su influencia incásica se ha comprobado tras encontrar restos de un instrumento similar en el cercano pueblo de Vichuquén, solo que tallado en piedra y correspondiente a las denominadas flautas chinas. Jóvenes y adultos componen las filas de pifaneros que no son más de seis u ocho por fila, todos vestidos con traje formal y camisa y llevando cruzada al pecho una delgada banda tricolor, cual banda presidencial.

Empellejados o “compadritos”
Los empellejados le deben su nombre a las pieles de cordero con las que visten y son los protectores de la Virgen. Llevan consigo una espada de madera en una mano y una huasca en la otra, para ahuyentar con ellas a los malos espíritus. Sobre la cabeza llevan un largo y alto sombrero cónico decorado con papeles de distintos colores y se cubren la cara con máscaras de personajes fantásticos. Algunos especialistas han visto en ellos una curiosa amalgama entre los “correctores”, propios del norte de Chile, y los “enkollonados”, pertenecientes a la cultura mapuche. En su calidad de guardianes, son los encargados de mantener el orden.

Las indias
Con sus caras teñidas de negro, son ellas las que dieron el nombre popular a esta fiesta. Son mujeres jóvenes, vestidas representando la usanza tradicional mapuche, con un vestido negro, un cintillo trarilonko, hecho tradicionalmente con monedas de plata, y una vara de coligüe en las manos. Son la contraparte de los compadritos, con quienes forman pareja para bailar en la parte final de la procesión, y ayudan también a mantener el orden durante la marcha.

Reconocimiento Tesoros Humanos Vivos 2011


Obtiene el Reconocimiento Tesoro Humano Vivo por desarrollar un conjunto excepcional de actividades ceremoniales y festivas a nivel mundial, de raíces promaucaes –o picunches– relacionadas con la celebración de la Virgen del Rosario.

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